martes, 4 de mayo de 2010

Kimbanda (Magia Brazilera)

Contiene una marcada tendencia hacia los rituales mágicos que se practican en sesiones reservadas para trabajos que procuran hacer o deshacer el mal. Se caracteriza por el sacrificio de animales, principalmente comestibles como cabritos, gallinas y palomas, estos son las ofrendas que sirven para las invocaciones litúrgicas a través, ellos sirven de emisarios sacramentales.

Para todos los trabajos vinculados al mal se recurre a Exú, el concepto de esta deidad , es el equivalente al demonio del cristianismo. En los cultos africanos, como el Candomblé, Exú esta considerado como un orixá desobediente, capaz de perturbar las ceremonias, por lo que debe de ser apartado, y no sólo en los trabajos, sino en la localización de los cuartos de santo, o sea fuera del predio ritual.

Exú es un enviado de los Orixá, aunque de por si Exu es un Orixá y el mas poderoso despues de Olodumare(El todo a quien llamamos dios) , es una fuerza que debe ser movilizada, ya que sin ella no se podrían iniciar los trabajos, es a ella a quien corresponde abrir los caminos, limpiar el ambiente y dar seguridad en las tareas. Es el centinela a quien uno debe de complacer y agradecer. En la Umbanda, existen ciertas estructuras que nos remiten a los reinos de Exú, y a ciertas líneas de Quimbanda.

Bajo la denominación de Exú actúan varias entidades; cada hombre y cada lugar tiene su Exú, que debe ser convocado para actuar en aquel campo de densas vibraciones, pues todo existe y actúa conforme a las afinidades de cada medio y de acuerdo con la mente de los participantes, sea para bien o sea para el mal.

DESDE ÁFRICA

Las principales líneas africanistas, en sincretismo recíproco bajo el nombre común de nación son Cabinda, Nacó, Tambór, Yeye y Yeya entre otras. Estas líneas, como lo revela nuestro folclore, existieron en el Buenos Aires antiguo como generaciones adjuntas a varias iglesias centrales de la ciudad. Envueltas por el culto católico y su imaginería plateresca de la época, encubrían una reminiscencia oculta de los rituales africanos en el mayor de los secretos, ejercían magia negra para trabajos de protección frente a los abusos de sus amos y de la prepotencia de la iglesia colonial.

Así, las esencias religiosas de aquellos negros herederos de viejas tradiciones se vieron sometidas por el catolicismo, que ponía especial hincapié en su interés al culto externo de las imágenes. Los esclavos negros y los indios veneraban en aquellas imágenes blancas a sus antiguos dioses transfigurados. Los esclavos fugitivos se refugiaban en la selva junto a tribus indígenas y aventureros blancos descastados, en esos reductos o quilombos se fue apareando el conjunto de todas las creencias de todos esos pueblos oprimidos, derivando en formas cada vez más depuradas y que hoy conocemos por el hombre de Umbanda.

Por otra parte los negros se defendían de los blancos y de su poder buscando fuerzas en su propia religión y persiguiendo a sus enemigos con trabajos de Bará. Los Egum - espíritus de los muertos - ayudaban a sus descendientes que veían en las imágenes católicas figuras representativas de las grandes fuerzas naturales.

El ritual de la Quimbanda toca tambores y maracas, invoca a Exú preparando la mesa que los trae. La invocación se hace mediante el simbolismo de puntos cantados y otros escritos, cuando van llegando los espíritus al cuerpo de los asistentes a la sección, que lucen sus vestimentas rojas y negras con el fin de propiciar la vibración necesaria para hacer el ritual. El jefe de la seción puede no ser un babalorixa, o sea un pái de santo que tiene asentados a sus orixás en su casa de religión.

Los orixá o santos africanos se asientan sobre piedras, el Exú en un plato de barro con algunos elementos que le corresponden sé potencializan por medio de los sacrificios, el jefe del ritual de Exú puede ser cacique de Umbanda, y a la vez Babalaorixa.

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